Por un lado, lo percibimos como una realidad instantánea, huidiza y fugaz, como algo que se nos escapa y da a nuestra vida un sentido inestable y efímero. De ahí que intentemos aferrarnos al momento presente, como si quisiéramos asir el tiempo, porque somos conscientes de la brevedad de nuestra vida y necesitamos vivirla intensamente, porque el tiempo pasa y mañana, quizás, sea tarde. Pero, por otro lado, experimentamos como un rechazo hacia esa fugacidad del tiempo y tendemos a dilatarlo en el pasado y a proyectarlo en el futuro, instalándonos en una especie de eternidad como si nuestra vida nunca fuera a tener fin.
EL TIEMPO DESDE UNA PERSPECTIVA FILOSÓFICA
Francisco Titos Lomas